La alimentación de los hijos, después de la salud, es el tema que más preocupa a los padres, según lo revelan las encuestas.
Es muy común escuchar en la consulta las quejas de los padres: ¡Sólo le gustan las hamburguesas y las papas fritas! ¡La hora de la comida es una tortura, ya que se eterniza ante el plato!
Por eso, nuestra preocupación es lograr que el niño aprenda a comer correctamente y que este proceso no resulte tan difícil.
Para conseguir éxito en este propósito debemos asumir que la educación alimenticia debe considerarse una parte fundamental en la formación de nuestros hijos, tanto como enseñarle a leer, defenderse en la vida o ser respetuosos con los demás. Para que eso ocurra, el primer paso es enseñarle... a Ud. Recuerde esta premisa: comer no es sólo una fuente de salud, sino un disfrute social y cultural, un auténtico placer.
Las normas generales de alimentación del niño menor indican que la dieta en esta edad es el fundamento de la salud del adulto, por lo tanto, se impone conocer cuándo, cómo y por qué se deben incorporar los cereales, frutas, verduras y demás sólidos en la alimentación de los infantes.
A partir de los 5 ó 6 meses de edad el aparato digestivo del niño ya es capaz de asimilar otros alimentos, además de la leche. Sus necesidades alimentarias comienzan a ser más complejas. Es el momento de introducir nuevos alimentos en la dieta, pero de manera progresiva, uno a uno.
Obesidad, artereoesclerosis, hipertensión y estreñimiento, cuyos signos aparecen en la edad adulta, son consecuencia de malos hábitos formados en los primeros meses de vida.
¿Cuál es el objetivo de introducir la dieta sólida si la lactancia es tan completa?
Aportar nutrientes que se encuentran en baja proporción en la leche materna o de vaca, cuando ésta se usa como sustituto (hierro, oligo-elementos, cobre, zinc, vitamina C y D).
También se busca acostumbrar al niño a distintos sabores, además del de la leche. Al mismo tiempo, se utiliza una nueva técnica de alimentación usando la cuchara para prepararlo para la masticación.
¿Cuándo se debe comenzar?
Los cuatro meses indican una fecha propicia para que ello ocurra, pero un niño alimentado a pecho, que crece bien y existe una buena adaptación con su madre, o que recibe una leche adaptada con aporte de hierro adicional la introducción de sólidos puede postergarse más que en otro alimentado artificialmente.
¿En qué orden se deben introducir los alimentos complementarios?
Vegetales en forma de puré con algún cereal fino y fruta, deben introducirse en la dieta del niño a partir del cuarto mes.
Este puré debe contener, al comienzo, una papa mediana, un pedazo de zapallo, media zanahoria chica y una o dos hojas de acelga , el que debe ser pasado por cedazo o licuadora para facilitar su ingestión, previa cocción de 10 a 15 minutos y el agregado final de una cucharada de aceite crudo.
¿Cuál es la cantidad adecuada?
Alrededor de 100 gramos de puré (media taza) y un postre de frutas. Se recomienda cambiar los vegetales diariamente, de manera de ofrecer al niño variedad de gusto y colorido.
En la medida que va soportando bien la dieta de sólidos la cantidad aumenta hasta llegar a una taza o a la parte honda de un plato de postre.
¿Cuándo se agregan las carnes?
Uno o dos meses más tarde de la introducción de vegetales se debe agregar carne de vacuno, pollo, pavo o pescado, (indistintamente) cocida y mezclada con el puré.
¿A qué edad se da la cena?
Entre los 6 y 9 meses, sólo si el almuerzo ha sido bien aceptado y si ambas comidas tienen un valor nutritivo semejante a la leche reemplazada.
¿Se debe dar sal a los niños?
Desde tiempos inmemorables el hombre "mejora" el sabor de los alimentos agregándoles sal. Está demostrado que su uso inmoderado contribuye a formar malos hábitos.
En la comida de los niños no es necesaria la sal. Por favor, no lo mal acostumbre a algo que no necesita. Lo que para Ud. parece desabrido, no lo es para el menor, porque no conoce su sabor.
¿Hasta qué edad se da el alimento licuado?
La consistencia licuada de la alimentación está más ligada al desarrollo digestivo que a la presencia de dientes. Generalmente entre los nueve y diez meses es bueno cambiar la consistencia de la alimentación a molido con el tenedor.
¿Y la comida que requiere masticación?
No debe administrarse antes del año puesto que los molares masticatorios aparecen después de ese período. No dé trozos de alimentación a su hijo antes de esa edad y se evitará sustos por "atoros".
¿Qué pasa con los cereales?
Son muy útiles para dar una mayor consistencia e introducir minerales y vitaminas en la dieta. Entre los cuatro y seis meses es recomendable escoger aquellos sin gluten como el maíz y el arroz. Después de los ocho meses se pueden incorporar los cereales derivados del trigo, avena y cebada.
¿Y la fruta?
Desde los cuatros meses se recomienda administrar plátano (sin fibra y sin pepa), manzana, pera, durazno, mezclados entre sí con el agregado de jugo de naranja. No se deben endulzar.
¿Cuándo se debe dar huevo?
Las limitaciones están dadas por el riesgo de alergia a la clara. Se recomienda, después de los ocho meses ir agregando progresivamente la yema (nunca frita) y, posteriormente, no más de dos o tres huevos a la semana.
¿Y las legumbres?
Primero lentejas, desde el décimo mes y posteriormente porotos y garbanzos.
¿Qué limitaciones alimenticias hay que tener presente?
De preferencia no hay que dar a los niños frutilla, melón, sandía, betarragas, embutidos, mariscos, grasas, frituras. Y se debe restringir al mínimo la sal.
¿Se pueden dar bebidas gaseosas, dulces y chocolates?
Constituyen hábitos inadecuados y los padres deben practicar con el ejemplo.
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